lunes, 10 de octubre de 2011

Cronicas de un Mago



Había una vez en Holwerd al norte de Netherland ,un joven poco ortodoxo en su estilo de vida, pues la época en donde le toco vivir, fue una época de anarquía.
Patricio, era joven, alto, cabello castaño, ojos negros y con una piel pálida, no era tan fuerte, ni tan listo, y a muy temprana edad se apunto en las tropas de su ciudad; si es cierto que dicen que un caballero debe ser valiente y noble, Patricio no era la excepción, lamentablemente sus habilidades con la espada y escudo no eran admiradas, ni menos apreciadas por sus compañeros pues este tenia movimientos torpes al abanicar su espada por los cuellos enemigos y pies de plomo tratar de esquivar con gracia los ataques de sus contrincantes al combate.

En una expedición por la costas, Patricio se despista, como todo joven curioso y valiente hacia unas rocas al finalizar el barranco, del cual procedían unas extrañas luces incandescentes. Al bajar y estar al fin a unos paso de estas rocas, se percato de que las luces provenían del interior, al parecer un túnel en medio de ellas atravesando el barranco. Audaz y sin titubear prendió su antorcha y se adentro entre las sombras. No habrá pasado mas de quince minutos en la caverna, cuando se apaga su antorcha solo para que poco después sus oídos capten la melodiosa voz de una mujer -Te espere por mucho- dijo la mujer- Mi nombre es Marianne- Patricio paralizado por la oscuridad, le pregunto - Mujer, si me has estado esperando ¿Porque me recibes en penumbras? - Marianne respondió - ¿Penumbras? Los jóvenes y sus juegos - rió- Abre los ojos y veras todo lo que debas ver - respondió a la pregunta. Patricio extrañado por la petición, le hizo caso inconscientemente y efectivamente estaba en una cabaña alejado del mar sentado en una silla con una jarra de vino en la mano en lugar de su espada. La mujer era delgada, alta, con la nariz respingada, los ojos grandes y grises y el pelo ondulado y negro como una noche sin luna, vestida de una túnica color verde esmeralda y unas botas de cuero.- ¿Marianne?- dijo Patricio con una voz de extrañes. Ella con sus labios pronuncio estas palabras - Ahora que has visto lo que tenias que ver, te has sentado donde tenias que estar y has escuchado lo que tenias que escuchar, firmad con tu nombre, firmad con tu sangre, firmad con tu vida y responded esta pregunta Patricio ¿Estas Dispuesto a hacerlo? Sabiendo que de no hacerlo asumir los errores que te atormentaran estos tiempos difíciles y vivir una vida misera a cambio de vivir una vida plenamente desdichada pero con la posibilidad de una herencia a tu nombre- Patricio pensó en lo que vivió ese día, tomo y sorbo de vino, dejo la jarra en la mesa y miro a Marianne perdiéndose en sus ojos grises como niebla...





Este cuento, fue escrito por alguien con mucho talento. Espero que lo disfruten. Yo solo lo he copiado.